martes, 21 de septiembre de 2010

Olvidar vs. Recordar

Día a día, lentamente, el olvido se apodera de su cerebro. Olvida quien fue y quienes son ellos, los que van de un lado a otro sonriendo y dedicándole caricias. Poco a poco su cuerpo, como su cabeza, va perdiendo fuerza.  Vestirse, hablar, moverse... se convierte en imposible. El diagnostico es Alzheimer.

La  incomprensión, la  debilidad o la  ansiedad son algunos de los síntomas que se apoderan tanto de quienes padecen esta enfermedad,   como de aquellos que han de velar por el bienestar de los enfermos, normalmente los propios familiares. Quienes dejan su trabajo y abandonan su vida por ayudar y hacer algo más llevadero un camino, del cual ya se sabe su final.

Uno de los males más crueles que se pueden padecer, saber desde un principio que lo olvidarás todo, aquello que hiciste cuando te levantaste, el dueño de la sonrisa diaria que te ayuda a amanecer y te acompaña durante todo el día, el nombre de tu canción favorita... todo desaparece. Es imposible imaginar una vida sin recuerdos, sobre todo cuando te das cuenta de que muchas veces eran éstos los que te hacían sonreír, los que te ponían la piel de gallina... El mundo es extraño, todo en él se vuelve ajeno.

En el día mundial del Alzheimer, se trata de ofrecer todo el apoyo no sólo a quienes sufren la enfermedad en primera persona, sino también a aquellos que han de enfrentarse a ver como sus seres más queridos se llegan a convertir en seres irreconocibles. Por ello, debe de servir como un homenaje a esos hombres y mujeres anónimos que se hacen cargo de los afectados por este mal, sin más recompensa que el bienestar de éstos.

Puede que todavía haya muchos que no conozcan la enfermedad, que no hayan visto a ningún familiar sufrirla sin embargo, no ha de ser motivo para no acordarnos de los que ya no pueden hacerlo por si mismos.

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